jueves, 23 de mayo de 2013

En los 470 años de la muerte del padre de la teoría heliocentrista: Nicolás Copernico (1473-1543)



"Cerca del sol está el centro del universo" 
(Nicolás Copérnico)

Un día como este, el 24 de mayo pero de  1543, murió Nicolás Copérnico, astrónomo y matemático polaco, creador de la teoría heliocéntrica, precursor de Galileo y un hombre de ciencia cuestionado en su tiempo.
Es prácticamente conocido por todo el mundo que Copérnico es el pensador y científico polaco del siglo XV que retomó la teoría heliocéntrica de Aristarco de Samos postulándola como el nuevo modelo del universo conocido.
NICOLAS COPERNICO; que decía que la tierra orbita a través del sol. En la época del renacimiento la gente pensaba que la tierra era el centro del universo, los que se encargaron de esta creencia fueron los sacerdotes,  además la iglesia creía que los descubrimientos debilitan la fe en DIOS. Pero una vez descubierto lo dicho por COPERNICO no pudieron hacer nada.
Antes de Copernico, la manera de ver el cosmos reposaba sobre la tesis aristotélica que decía que la Tierra está en el centro del universo y que todo gira alrededor de ella: “El universo geocéntrico”. La descripción de los movimientos de los astros reposaba sobre el sistema dicho “de Ptolomeo” (el que decía que andaba mal de los riñones, ja,ja…chiste viejo y malo) y la teoría de los epiciclos. Esta visión del universo (el geocentrismo) permanece como doctrina establecida hasta el fin del periodo renacentista y no fue totalmente abandonada por los sabios y por la Iglesia institucional sino hacia el año1750.
Sabemos que Galileo Galilei, fue seguidor, adepto y defensor de las teorías copernicanas y por lo mismo fue amenazado por la inquisición de ser quemado en la hoguera…dicen que tuvo que retractarse pero diciendo socorronamente, y susurrando entre labios “per se move” (pero se mueve).
Galileo después de ser muy cuestionado por la Iglesia institucional y jerárquica en cabeza de Roma, fue rehabilitado en 1784, pero no fue sino en los años 1820-1830, que la Iglesia acepta definitivamente y completamente la idea de que la tierra gira alrededor del sol.

Pero sigamos hablando de nuestro ilustre matemático, astrónomo, clérigo, médico y versátil polaco Nicolás Copérnico. El  era un lector consumado de libros. La imprenta, inventada 30 años antes, le permitió disponer de una gran biblioteca que crecía a medida que se podía publicar los ejemplares en la imprenta que se mandó construir en su casa. Estudió el "Almagesto" de Claudio Ptolomeo por el que sentía gran admiración. Asimiló las ideas de Platón y otros filósofos de un universo simple, él lo llamó "el elemento principal", esto es, colocar al Sol en el centro del universo y que la Tierra se movía en un círculo inclinado girando alrededor de su eje. Copérnico lo llamaba "el Ballet de los planetas".
Escribió el libro “Sobre las revoluciones de los orbes celestes”. Él decía que no era el Sol el que giraba alrededor de la Tierra sino al revés. Y era posible mediante la observación de los astros.
La Tierra giraba sobre su propio eje alrededor del Sol junto a otros planetas en órbitas circulares. A esto lo llamamos visión Heliocéntrica del mundo.
 Nicolás Copérnico, el proclama que la tierra gira alrededor del sol; la Iglesia niega sus teorías porque no quiere que la gente piense que la Iglesia se equivoca, pasado 300 años de esto por fin la iglesia cede a aceptar la teoría de Nicolás Copérnico.
En 1524, Bernard Wapowski le mandó el tratado de Juan Wermer, un astrónomo alemán titulado "Motu octavas espherae" ("Sobre el movimiento de la octava esfera"), publicado en Nüremberg dos años antes. Su respuesta se convirtió en un verdadero tratado de astronomía, una de las cuales llegó a manos de Tycho Brahe.
Así, poco a poco, va gestando su gran obra maestra "De revolutionibus orbium coelestium" ("Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes") que acabó en 1530, aunque posteriormente le realizaría pequeñas modificaciones. Ante el temor a que el Santo Oficio, surgido en 1215 contra la reforma de Lutero, pudiese acusarlo de herejía, Copérnico no publicó su libro. Pero el eco de sus descubrimientos, conocidos inicialmente por un reducido grupo de amigos, pronto se extendió por toda Europa, incluido el Vaticano. Fue el cardenal dominico Nicolás Schonberg quien le propuso en 1536 que publicara sus descubrimientos.
En un principio, "De revolutionibus" se componía de siete libros, aunque quedó reducido a seis. El primero contenía una visión general de su teoría, en el segundo libro exponía teoremas matemáticos y tablas de estrellas, el tercero estaba dedicado a los movimientos aparentes del Sol, el cuarto a la Luna y su órbita y los dos últimos a dar una explicación detallada de su teoría.
Era un manuscrito de 425 hojas escritas con letra menuda, que fue publicado el 24 de mayo de 1543 en una imprenta de Nüremberg poco antes de su muerte. Un original de este libro se encuentra en la biblioteca de la Universidad de Cracovia. Hoy se sabe con certeza que el prólogo del libro fue modificado sin autorización por el teólogo Andreas Osiander.
Ese mismo año, apareció publicada otra obra esencial en el pensamiento renacentista de la época, "De humani corporis fabrica" ("Sobre la constitución del cuerpo humano"), cuyo autor era el pensador flamenco Vesalius. Esta obra junto a la de Copérnico fueron el nacimiento de la ciencia moderna.
Los detractores de la obra de Copérnico comenzaron a aparecer en 1540, eran sobre todo religiosos que interpretaban la Biblia al pie de la letra. Wilhelm Gnapheus, estrenó en 1541 una comedia "Morosophus" ("El payaso"), donde ridiculizaba a Nicolás Copérnico y sus ideas.
Copérnico falleció el 24 de mayo de 1543 en Frombork a la edad de 70 años de un derrame cerebral que le causó una parálisis del lado derecho de su cuerpo. Había perdido la memoria. Fue enterrado en la catedral de dicha ciudad, aunque se desconocía el lugar exacto. Sus restos se encontraron por un grupo de arqueólogos polacos en 2005 y verificados en 2008 al analizar parte del cráneo y un diente, y compararlo con un pelo de Copérnico que se encontró en uno de sus manuscritos. El 22 de mayo de 2010 sus restos fueron enterrados en la Catedral de Frombork en una solemne ceremonia.
Su obra se convirtió en la piedra angular para las teorías y observaciones de astrónomos como el danés Tycho Brahe, considerado uno de los mayores observadores que ha existido, y Galileo, que utilizando el telescopio observó las fases de Venus y de la Luna, el movimiento del Sol y descubrió los cuatro satélites de Júpiter.
También contribuyeron a demostrar la veracidad de las teorías de Copérnico Johannes Kepler que promulgó sus famosas leyes e Isaac Newton, nacido en 1642 que encontró la razón por la cual los astros mantienen sus órbitas elípticas, la ley de la gravedad.
En 1935, la Unión Astronómica Internacional decidió llamarle "Copernicus" en su honor, a un cráter lunar ubicado en el Mare Insularum.


América en Cracovia
Cómo Cracovia descubrió a América es toda una novela. Había salido de la ciudad, para Bolonia, un seminarista inquieto que, además, se interesaba en medicina y tenía el poéti­co impulso de contar las estrellas. Entonces la tierra era plana, estaba firme, y el sol y las constelaciones se complacían en darle vueltas en torno, lo cual servía para saber del destino de cada hombre. Si nació bajo Capricornio sería así, si bajo Taurus, de otra manera... ¿Acabaría de astrólogo? Se preguntaría el semina­rista la noche antes de llegar a Bolonia, mientras veía girar las esferas de vidrio que sostienen las estrellas.
Siguió en Bolonia el polaco con sus medicinas y su teología, el destino que le había señalado su tío el canónigo: sucederlo en tan cómoda prebenda. Con estas vacilaciones, con esos estudios y con ligeras dudas, algo le impulsó a ir a Roma para el jubileo propuesto por el papa español Alejandro VI, el Borgia. Alejandro se había iniciado firmando unas bulas en favor de los Reyes Católicos. Les daba el derecho a las conquistas ¡del otro mundo! En siete años lo de las Bulas fue creciendo, y cuando el semina­rista llegó a la Ciudad Eterna se encontró con que la tierra era redonda y grande. Turbado regresó a Cracovia. Lo verían entrar con un globo sobre los hombros. Decía que era la tierra. Por suerte entonces Cracovia, como toda ciudad medieval, estaba llena de locos, y su excentricidad pasó inadvertida. Pero el hombre era ya otro, se encerró en un estudio lejos de Cracovia, y allí pasó treinta años dándole la vuelta al globo, y mirando a cada vuelta un nombre que acabó por apasionarlo: América. Fue entonces cuando tuvo la idea genial de que esa tierra estaba girando alrededor del sol. Semejante temeridad la comunicó a los amigos, hubo estudiantes que le oyeron, y el cuento llegó hasta Roma. Y hasta en Roma hubo quienes qusieron oírlo. Acabó sabiéndose que sobre este tema, que él llamaba de "Las Revoluciones", tenía escrito un libro, que puso en manos de un editor. Al publicarlo, se lo dedicó al Papa. Estaba en ese momento en la silla un obispo ilustrado, y le decía: "Por las páginas que vas a leer habrá muchos que pondrán el grito en el cielo: pero como tú eres sabio y pienso que las leerás con gusto, las pongo bajo tu benevolen­cia...". El autor, de tanto haber visto correr el sol y las estrellas, estaba ciego. Cuando el libro quedó hecho, se lo llevaron. Tuvo que sentirlo con las manos. Y murió.
¡Cosas que pasan en Cracovia! Murió así Copérnico, y desde entonces puede decirse que Cracovia quedó como el símbolo de una frontera entre dos edades, entre dos mundos. Fue el primer gran milagro de la aparición de América. Cuando se va a Cracovia la gente habla con religioso encanto de las revoluciones de Copérni­co, le enseña al visitante la estatua del sabio con el globo, y en la universidad, donde hay todo un museo de esferas, hay una que muestran con singular afecto: La primera en donde aparece grabado el nombre de América.



DIVERSOS HOMENAJES A COPÉRNICO

Coppernicus (asteroide 1322) es un asteroide del cinturón principal, situado a 1,8549868 UA. Tiene una excentricidad de 0,2343356 y un periodo orbital de 1.377,33 días (3,77 años).
Su velocidad orbital media es de 19,13557671 km/s y tiene una inclinación de 23,34926º. Fue descubierto el 15 de junio de 1934 porKarl Reinmuth.

Copernicus es un gigantesco cráter de impacto del planeta Marte situado al oeste del cráter Ptolemaeus, al noroeste de Nordenskiöld, al norte de Liu Hsin y al este de Very, a 49.2° sur y 169.2º oeste. El impacto causó un boquete de 294.0 kilómetros de diámetro. El nombre fue aprobado en 1973 por la Unión Astronómica Internacional, en honor al astrónomo polaco Nicolás Copérnico (1473 - 1543).1

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Recuerdo que a mediados de los 80, cuando recibía las primeras nociones de química (el área en la que menos nos preparamos los bachilleres de la época por déficit de profesores en la misma) solo había entre 100 y 107 elementos quimicos descubiertos en la tabla periódica...después de este tiempo casi 25 años se han descubierto como vemos más de 10 elementos químicos, entre ellos el Copernicio...

El copernicio (anteriormente llamado ununbio como nombre temporal) es un elemento químico de la tabla periódica cuyo símbolo es Cn (anteriormente Uub) y su número atómico 112. Su apariencia física no se conoce aún, pero podría hacerse, sabiendo que por ahora el isótopo conocido, de 285 de masa atómica, tiene una vida media de unos 0,24 milisegundos.





11 de Dic, 2012

En febrero de 2013 se cumplen 450 años del nacimiento de Copérnico. El astrónomo polaco ya no solo tiene un cráter lunar, ahora también es el encargado de observar la tierra para la UE. Copernicus es el nombre que recibe a partir de ahora el Programa Europeo de Observación de la Tierra, conocido con el nada atractivo nombre de GMES (Global Monitoring for Environment and Security) Copérnico servirá para prevenir catástrofes naturales y vigilará el estado del medioambiente terrestre, marítimo y atmosférico. Su misión será mejorar la seguridad de los ciudadanos. Será también un motor de crecimiento económico y de ocupación ya que se prevé que para tenerlo en fucionamiento se crearán 85.000 puestos de trabajo entre 2015 y 2030.

El vicepresidente de la Comisión Europea, y comisario de Industria, Antonio Tajani, ha declarado que «de la misma forma que el gran científico y observador europeo facilitó la comprensión del mundo del siglo XVI, el nuevo programa permitirá tener una visión profunda de como está cambiando el planeta y facilitará la toma de decisiones concretas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos».

El nuevo sistema recibe el nombre de uno de los astrónomos más importantes de la historia. Copérnico es el padre de la teoría heliocéntrica, un modelo científico según el cual, la tierra y los planetas se mueven alrededor del sol.

Copernicus es un conjunto de servicios que recogen datos y ofrecen información mediante satélites y sensores terrestres que permiten observar el medio ambiente y los fenómenos naturales que se producen en el planeta. Permitirá reaccionar mejor a las catástrofes naturales y facilitará una rápida intervención, por lo que se podrán reducir las pérdidas humanas y los daños materiales. También aportará información fiable sobre el cambio climático.

Los sistemas y tecnologías espaciales forman parte integral de la vida cotidiana de todos los ciudadanos y empresas europeos. Otros aspectos que permitirá este programa será gestionar mejor los recursos naturales, vigilar la calidad de la atmósfera y de los océanos y ayudar a optimizar las actividades agrarias, promoviendo también las energías renovables. Otro aspecto que mejorará es la planificación urbana, haciendo un seguimiento de la expansión urbanística y facilitando el sistema de transporte tanto privado como público.


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Gustavo Quiceno