Este articulo merecio el segundo lugar en el primer concurso de ensayo de la familia MAB sobre el fundador de sus congregaciones (Misioneros de Yarumal, Misioneras de Santa Teresita e Hijas de la Misericordia) Miguel Angel Builes. El fallo se dio en la ciudad de Santa Rosa de Osos (Antioquia) en septiembre del 2000.
Dulcinea y la Gloria de Dios
Gustavo Quiceno mxy
Cual Quijote de la Mancha fue Miguel Ángel Builes: soñador, emprendedor, hombre de tesón, enamorado, batallador obsesionado en la lucha contra todo lo que consideraba maligno, peligroso o enemigo del hombre.
Parece una comparación asas inadecuada y desenfocada, pero no... La diferencia es que Don Quijote brotó de la imaginación prodigiosa del escritor más importante de habla española: Cervantes; su espacio y tiempo enmarcado en la legendaria región de la Mancha. Miguel Ángel Builes fue real, criatura de Dios, fruto del amor de una pareja campesina arraigada en los más sublimes valores religiosos, profesos de la "fe del carbonero". El Quijote se mece en las utopías del literato de ficción medieval; Builes fue suscitado por Dios en la historia colombiana concreta de finales del Siglo XIX y su vida y obra abarcó gran parte del siglo 20.
El ambiente campesino, la vida familiar imbuida de oración y ética ejemplar influyó sin duda en su vocación cristiana, que desembocaría en el llamado a la consagración sacerdotal... El creador del inmortal hidalgo, quiso que la vocación de éste (entendida más como obsesión) fuera la de ser Caballero Andante, consecuencia de la lectura intensa y exagerada de los libros de caballería tan de moda en aquella época..."De tanto leer se le secó el cerebro".
En el horizonte existencial del "caballero de la triste figura" está Dulcinea del Toboso: la dama a quien dedicará sus triunfos, sus suspiros y por ende, ella y la obtención de su amor y su corazón serán el motor y motivo sublime de su vida.
El fin y meta existencia de nuestro Padre Fundador fue "La Gloria de Dios".
Ambos fueron locos en el buen sentido. Cada uno a su manera vivió creyendo estar en la Verdad.
La Dulcinea de Monseñor Builes fue LA GLORIA DE DIOS, fue su TODO, su razón de vivir. Al respecto acota el Padre Oscar Osorio mxy: "La gloria en el lenguaje humano significa reputación, fama, honor, lo que ennoblece y hace ilustre. Además significa majestad, esplendor, magnificencia y llega a confundirse con estar gozando de plena felicidad, lo cual constituye la razón de ser de los seres humanos. Y sigue diciendo el P. Osorio: "La dimensión de la vida de una persona se mide por el ideal que se proponga alcanzar. Hay vidas frustradas, vidas mediocres, vidas sin trascendencia, todo ello de acuerdo con la meta, la utopía que cada persona se proponga alcanzar..."
Monseñor Builes asió y llevó muy dentro siempre este lema: "Soli Deo honor et Gloria": "A sólo Dios el honor y la Gloria", se constituyó en la brújula de sus jornadas, fue la directriz de todo su quehacer... Su misión- proyecto vital fue la glorificación de Dios. Comprendió perfectamente aquella frase de San Ireneo: "La Gloria de Dios es el hombre viviente"; y siempre tuvo la certeza de lo que ese adjetivo "VIVIENTE" encerraba en su esencia: la perfección y la santidad de vida en la caridad. El Obispo procurará encarnar al "hombre viviente", anhelará y pedirá insistentemente en sus plegarias ser santo: en "El Obispo Builes", Jaime Sanín trae a colación este testimonio de su Excelencia: "...es que en Colombia no tenemos ningún santo nacional. Porque San Luis Beltrán y San Pedro Claver son españoles. Y ha de haber un colombiano pronto, y yo he formado el audaz propósito. ¿Me ayudará el cielo? ...Está ahí patente la obsesión de Builes. Ser Santo, pero de esos de altar. Beatificable y canonizable . "Ese audaz propósito" se hallará miles de veces en sus escritos íntimos, en sus cartas, en los diálogos con Obispos, sacerdotes y monjas. Pero siempre como si apenas fuera a comenzar la ardua tarea de su santificación.
La búsqueda de la Gloria de Dios, obviamente se reflejó en sus obras. Cuál es el objetivo de esas obras? Que muchas almas también adoraran en majestad al padre Creador, le dieran Gloria y por consiguiente encontraran su Salvación.
Estaban grabadas en su corazón pasajes bíblicos como estos: "La mies es mucha y los obreros pocos..." (Lc 10,2a) , "Dios quiere que todos los hombres se salven y lleven al conocimiento de la verdad" (1 Tm 2,4). Sin duda fue un visionario y adelantado para su época, latente era su inquietud y preocupación por la gran parte de la humanidad que desconocía a Jesucristo. Estuvo de acuerdo con lo que afirmaba Juan Pablo II en la carta Encíclica "La misión de Cristo Redentor de 1990": "...si es destinada a todos, la salvación debe estar en verdad a disposición de todos. Pero es evidente que, tanto hoy como en el pasado, muchos hombres no tienen la posibilidad de conocer o aceptar la revelación del Evangelio y de entrar en la Iglesia. Viven en condiciones socioculturales que no se le permiten y, en muchos casos, han sido educados en otras tradiciones religiosas..." (RM No 10).
Fruto del sueño inverosímil de salvar el mundo entero ("Inverosímil" por las circunstancias en que se gestó este sueño: cofres vacíos, nada en la despensa, nada de recursos, ni siquiera un lugar para los seminaristas reclinar la cabeza) nace la idea de fundar un Seminario de Misiones en el año 1927.
Los destellos de la vida y obra de nuestro Padre Fundador tienen en el inicio del tercer milenio una inmensa proyección: LA MISIÓN ADGENTES...según lo muestra la Exhortación Apostólica Postsinodal "Christifidelis Laici" recogida también por la Redemptoris Missio, "se trata de una actividad primaria de la Iglesia, esencial y nunca concluida. En efecto la Iglesia no puede sustraerse a la perenne misión de llevar el Evangelio a cuantos- y son millones de hombres y mujeres- no conocen todavía a Cristo redentor del hombre. Esta es la responsabilidad más específicamente misionera que Jesús ha confiado y diariamente vuelve a confiar a su Iglesia.
Hoy, sus hijos e hijas, especialmente las Hermanas Teresitas Misioneras y los Misioneros de Yarumal continúan siendo fieles al querer y Proyecto vital de su Fundador. El sueño planetario del egregio Obispo Misionero se sigue concretando y haciendo presencia del reino en varios países de América y Africa, afrontando dificultades en medio de las vicisitudes de la Postmodernidad, superando los rezagos del modernismo y haciendo parte de las propuestas creativas, optimistas y esperanzadoras de la denominada CULTURA EMERGENTE.
Como vemos, el legado de Monseñor Miguel Angel Builes, (coincidiendo con el P. Rafael Londoño, de quien dice ya no es el Obispo Misionero de Colombia sino el Obispo Misionero de los cinco continentes) es inmenso y posible de ser asumido. Su herencia espiritual y apostólica es inagotable. Que bueno sería que hoy mismo sus hijos e hijas abriéramos los ojos ante este mar y nos sumergiéramos en él. Haciéndolo así, vislumbraremos sin lugar a dudas que el proyecto de este gran hombre de Dios se inserta y es fiel a las enseñanzas del Evangelio: "Padre Nuestro que estás en el Cielo, Santificado sea tu nombre (La Gloria de Dios); "Sed perfectos como mi Padre celestial es perfecto" (La santidad personal y de cada hombre); "Id por todo el mundo y llevad la Buena Nueva" (la salvación universal).
Que como Miguel Ángel Builes y Don Quijote pasemos por "orates"; seamos locos hoy más que nunca cuando el mundo está más convulsionado, confundido y absorto, fijos sus ojos en las "seudo-dulcineas". El Quijote y Monseñor Builes nos enseñaron la esencia de la verdadera Dulcinea. No claudiquemos y continuemos de manera vehemente y denodada "Dando razón de nuestra esperanza: Cristo resucitado". Desde la eternidad también Monseñor Builes intercede por nosotros y nos acompaña. Que los molinos de viento no nos alejen del sueño cristiano-builista.
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Gustavo Quiceno