De manera
curiosa y con mucha coincidencia, España y los españoles se nombran
mucho por estos días.
Primero por los 200 años de la independencia de algunos países latinos de este país y segundo por su reciente triunfo en el mundial de fútbol
Así, España está de moda ahora más que nunca. Países como México y Venezuela durante todo el primer semestre hicieron memoria con pesar, o con vergüenza, otras orgullosamente, otras reprimida de los primeros 200 años de la emancipación del país ibérico.
El próximo 20 de julio nuestro país recordará este bicentenario y culminará esta “celebración” en relativo silencio, sin mucha bulla ni difusión.
El ambiente de memoria, de efemérides es semejante a lo que se celebró hace casi 18 años el 12 de octubre de 1992 en el marco de los 500 años del encuentro de dos mundos. Es preferible la palabra encuentro a “descubrimiento” porque tanto España descubrió a América y América descubrió a España. Hablar de los traumatismos, de las dificultades que se dieron en este “casi choque” que ya no viene a cuento.
Creemos que ya es hora de superar todo resentimiento, ansias de venganza, deseos de renegar y vilipendiar del país conquistador y dominante por más de 300 años. Las circunstancias históricas fueron diferentes, el pensamiento era más ingenuo, había más ignorancia y por ende más ceguera en muchos ámbitos (ciencia, religión, intelecto). En vez de seguir remarcando lo malo que se nos legó, es indispensable regocijarnos por lo bueno, lo positivo y sublime que hemos heredado de España.
Cuando era un infante escolar, recuerdo las dramatizaciones que se hacían en cada fiesta patria, especialmente el 20 de julio, el 7 de agosto y el 12 de octubre. Nos presentaban a los españoles mal llamados “chapetones” como los villanos, los opresores, los asesinos, los tercos, los insensibles. Y nos presentaron una figura entre muchas que, con solo escuchar su nombre, traía nuestro imaginario sangre, maldad e intransigencia: Pablo Morillo, el mal llamado “pacificador”. Yo personalmente cuando leí que bajo su régimen fueron fusilados grandes y nobles hombres como Francisco José de Caldas y Camilo Torres, me daba rabia y ganas de llorar. Así metían en nuestro inconsciente un odio oculto y casi imperceptible por los españoles y su país. Y eso sin nombrar a Juan Sámano y al tal Barreiro.
Pero antes de aquellos hombres oscuros de España también provinieron un Pedro Claver "Esclavo de los esclavos", Un Bartolomé de las Casas "defensor de derechos de los aborígenes", hombres y mujeres ejemplares políticos y religiosos, hasta militares que trataron siempre de hacer las cosas bien. Lo que pasa es que la historia tiene memoria de sangre y es inclusive a veces sensacionalista, como sigue ocurriendo hoy día con el periodismo que es la voz y memoria de la historia.
Por allá en 1990 recuerdo que estando en el seminario de Medellín y cursando tercer año de filosofía, tuvimos una profesora de corta estatura y de ascendencia española, no era monja, era laica, psicóloga social y petulante como algunos españoles, jeje. En esos días quizás alcanzó a escuchar un rumor en el mismo salón de clase a propósito de los despropósitos que habían hecho los españoles durante el tiempo de la conquista y la colonización y de un momento a otro nos dice: "¿Os hemos dado un nombre, os hemos dado una lengua, os hemos dado una cultura, una religión...Y todavía os quejáis?"
No conozco España solo he aterrizado unas dos o tres veces en su gran aeropuerto de Barajas en las afueras de Madrid, pero me gustaría mucho visitarle algún día. Pero en la lucha entre animadversión y amor por España siempre ha predominado el amor y la admiración...No niego que me lleno de alegría el triunfo mundialista del domingo pasado, vamos tío, ¡qué coño!
Desde pequeño me ha encantado la música de los hispanos José Luis Perales, Camilo Sesto, Julio Iglesias, el grupo Mocedades...Sus baladas de ensueño han arrullado muchos momentos de mi vida. Por mi parte también considero que España tiene las mejores y más lindas voces femeninas que nunca he oído en otro país: Ana Torroja (del dúo Mecano), Amaya Saizar (del grupo Bravo), Estíbaliz y su hermana Amaya Uranga, la otra Amaya de la Oreja de Van Gogh...
Punto aparte La literatura de Miguel Cervantes y su Quijote, la filosofía de Ortega y Gasset.
De la herencia y folclor de España no me gusta para nada los toros, no sé cómo es la Paella, pero indudablemente su fútbol es el que mejor se juega actualmente en el mundo.
¡Que viva España y Olé!
En el próximo articulo les compartiré la reflexión
de algunos escritores y columnistas sobre el tema del bicentenario, extraídos
de otras páginas de Internet...
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Gustavo Quiceno