La NAVIDAD produce en mí sentimientos encontrados : nostalgia, tristeza, añoranza, alegría, esperanza...Personalmente de niño amaba la navidad, hoy percibo que el tiempo corría más lento, yo era más simple, más desprevenido ya que reía y me divertía sin muchos tapujos, impedimentos, complejos y preocupaciones. Las primeras navidades en mi infancia las viví en ambientes familiares campesinos, sencillos, donde se respiraba plena alegría, contacto con la naturaleza, pleno calor humano y un inmenso fervor religioso.
Algunas navidades recuerdo nos reuníamos en gran grupo en las fincas con los abuelos maternos (los dueños) , sus hijos, sus hermanos, sobrinos, así se juntaba una pléyade de primos y primos de diversas edades y las generaciones convivían sin trabas, sin perendengues y sin las dichas referencias que diferencian en nuestros días. Se mataba un cerdo y unas cuantas gallinas, se fabricaban tamales, morcilla, se hacía mucha natilla y se armaban cientos de buñuelos. Eran navidades en que la pólvora era inofensiva y divertida (uno que otro quemado pero leve, pero no más...). Se escuchaba música que a todos complacía (sobre todo a Guillermo Buitrago, El Cuarteto Imperial , a Pastor López , Nelson Henríquez, Rodolfo y los Hispanos), todo ello gracias a una radiola o una victrola; se jugaba a las escondidas, al Yermis (o ponchado) rodeados de cafetales y de altas matas de plátano...Qué días aquellos en que gozábamos con lo más sencillo, un pequeño juguete de plástico y a color nos deslumbraba , una pelota de letras o un carro sin baterías nos llenaba de emoción.
Creíamos en el Nino Dios hasta que decidimos hacernos los dormidos para comprobar si era verdad lo que nos decían año tras año: el Nino Dios es tu mismo papa en pijama o calzoncillos que se acerca hasta tu cama para dejarte el envueltico debajo de la almohada...Y así era, así fue...La primera crisis de fe arriba entonces, las primeras preguntas teológicas surgen en nuestra mente : Entonces el Nino Dios no existe? Por qué nos engañan así? es que el mismo papa del niño este, dizque divino existe?
Recuerdo mi primer regalo del niño Dios personalizado en mis papas: un gatico blanco de plástico con una pelotita de colores entre sus manos, el dicho minino se movía, rodaba con el motor de los dedos, empujado por mis pequeñas manos.
Mi padre hacia un gran pesebre en casa, por varios años fue el más grande de la Vereda El Placer donde vivimos por 5 años (eso he escuchado siempre), cuando nos trasladamos a la zona urbana de Marquetalia , al menos el pesebre de mis padres competía con los otros por tamaño, originalidad y estilo.
Recuerdo mi primer regalo del niño Dios personalizado en mis papas: un gatico blanco de plástico con una pelotita de colores entre sus manos, el dicho minino se movía, rodaba con el motor de los dedos, empujado por mis pequeñas manos.
Mi padre hacia un gran pesebre en casa, por varios años fue el más grande de la Vereda El Placer donde vivimos por 5 años (eso he escuchado siempre), cuando nos trasladamos a la zona urbana de Marquetalia , al menos el pesebre de mis padres competía con los otros por tamaño, originalidad y estilo.
Cuando estuvimos ya residenciados en el pueblo, las navidades eran de mucho baile, claro que la pachanga era siempre después de la santa misa y la novena. Los adultos, es decir , nuestros padres, tíos, abuelos y sus invitados tomaban gran cantidad de cerveza y aguardiente que han sido las bebidas alcohólicas tradicionales de esa zona de Caldas, además bailaban mucho merengue y cumbia, paseaditos (únicos baile antes de la salsa, la lambada, disco y demás ritmos... A los niños nos hacían acostar temprano o así no nos obligaran, el sueño nos vencía así no lo quisiéramos, quedándonos en ocasiones adormilados y extendidos sobre una mesa o recostados sobre un bafle (parlante) del equipo de sonido...
Desde los 10 u 11 años me acuerdo que yo comencé, quizás incentivado por mi madre, a afiebrarme por el pesebre y así era yo quien iba a los montes vecinos, adentrándome en las cercanas veredas (La Bamba, La Parda…) acompañado de otras personas a buscar el dichoso palmicho y el musgo (cuando aún no era delito ecológico) para hacer la maqueta imitadora del pueblo de Belén. Esos pesebres que hacíamos en casa y en los cuales ya papa no se interesaba tanto como otrora a causa de los negocios, se destacaban por el contraste pues sobre el mismo espacio se podían encontrar al lado de José, Jesús y María, así como los reyes magos que solo se ponían después del 24, ovejas, zagales de la época de Jesús, Nissans modelo 78, policías en motos, grúas...Que locura. La novena era entonada por la mama, o la abuela o alguna tía ferviente y cuando uno sabía leer le daban la oración al Nino Jesús...
Era la Novena tradicional(1) hecha por un religioso franciscano ecuatoriano...Mismo si uno no entendía palabrejas como regia, sacro, aquiescencia, anonadarse, jumento, vaticinado, padre putativo, intermitente, circunscrita, etc
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Esas frases pintorescas y tan castizas de los gozos al Nino Jesús , a fuerza de repetirlas por 9 días y por sucesivos años se quedaban grabadas en nuestras cabezas, tanto que ya uno los hacía de recorrido y casi sin mirar la pequeña publicación:
Oh sapiencia suma del Dios soberano...
Esas frases pintorescas y tan castizas de los gozos al Nino Jesús , a fuerza de repetirlas por 9 días y por sucesivos años se quedaban grabadas en nuestras cabezas, tanto que ya uno los hacía de recorrido y casi sin mirar la pequeña publicación:
Oh sapiencia suma del Dios soberano...
Llave de David que abre al desterrado
las cerradas puertas del regio palacio...
Niño que apacientas con suave cayado
ya la oveja arisca, ya el cordero manso...
Niño que has sido llamado
lirio de los valles
bella flor del campo...
Para cantar los villancicos nos valíamos de las tapas de olla de aluminio que quizás nuestras mamas nos facilitaban con cierto temor. Algún día aprendimos a ensartar tapas apachurradas de gaseosa en un cuarto de metro de alambre para colgar ropa y teníamos improvisados y musicales sonajeros, una linterna y un tenedor servían de raspa o “carraspa” (como la llamábamos en nuestro argot infantil), pequeños tambores...Y así entonábamos los inolvidables Antón tiruliro liro, los a la nanita nana nanita nana nanita ea, los tutainas tuturuma...el lenguaje inocente cantado, casi ramplón y hasta empalagoso, que hoy siguen deleitándonos en navidad al compás de una guitarra...
Y así tuvieron que pasar muchos años quizás para descubrir el verdadero sentido de la navidad. Más allá de la fiesta, la comilona, los regalos suntuosos, el excesivo ruido, los brillantes alumbrados, las extensas pachangas, lo que Dios quiere es que imitemos a su Adorado Hijo, en lo que se refiere al Servicio, a la humildad, al trabajo por la paz y la justicia...al AMOR al estilo de Dios. Descubrir al fin que el mundo es ese pesebre donde Jesús cada día nace y se manifiesta, que navidad es todos los días, y que cada uno de nosotros es un zagalillo, un pastor llamado a guiar a los otros, a darles el mejor regalo y o don, que como decía san Ireneo es la VIDA EJEMPLAR, la vida en búsqueda de la santidad y perfección ...EL AMOR.
Qué bueno poder ver este mundo, esta sociedad , aparentemente perdida , en caos irreversible con ojos de esperanza, con ojos nuevos...Ese es el mensaje de estos días de adviento que nos preparan a la navidad, esa es la invitación a enderezar lo torcido en nosotros, a preparar las sendas , el camino, el corazón para que Jesús se haga presente hoy, aquí y ahora...
No todo está perdido, Dios guarda sus promesas y la verdadera alegría la conoce a quien no lo defrauda la esperanza.
FELICES DIAS,
NAVIDAD ES SIEMPRE.
(1) La Novena de Aguinaldos es una práctica tradicional de la religiosidad popular colombiana. Su creador fue Fray Fernando de Jesús Larrea, franciscano quiteño, quien a finales del siglo XVIII la envió a su dirigida espiritual la doña Clemencia Gertrudis de Jesús Caycedo Vélez Ladrón de Guevara de Aróstegui y Escoto, fundadora del Colegio de La Enseñanza en Bogotá.
En el siglo XIX, la madre María Ignacia, religiosa de La Enseñanza (su nombre era Bertilda Samper Acosta) e hija de dos literatos (Don José María Samper y Doña Soledad Acosta) la reformó y compuso los denominados ‘gozos’.
Según el padre Carlos Augusto Mesa, esta tradición es tan colombiana, que prácticamente es desconocida en otros países. Lo más parecido a las Novenas de Aguinaldos son las posadas mexicanas, tradición que coincide en la forma pero no en los contenidos. En ellas se evoca el recorrido de María y José pidiendo posada en Belén antes del alumbramiento. Al igual que la Novena, se celebra entre el 16 y el 24 de diciembre.
La Novena de Aguinaldos es parecida a otras novenas como la de la Inmaculada Concepción, con la diferencia que la de Aguinaldos es la última preparación al final del Adviento para la venida del Niño Jesús. Para los sacerdotes, la versión antigua es la oficial, pues a través del tiempo se han querido modificar los contenidos o textos para hacerlos más entendibles a la gente, pero se ha caído en imprecisiones...
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Gustavo Quiceno