miércoles, 3 de octubre de 2012

7 de octubre del 2012 : 27o Domingo del Tiempo Ordinario (B)



La reflexión de este domingo sobre la dignidad del ser humano (hombre y mujer),  el matrimonio y la familia me ha hecho pensar continuamente en tantas parejas que me han dado testimonio de amor y fidelidad a Dios por su entrega, dedicación y consagración a su esposo (a) y familias…y esto por tantos años…

Por ese testimonio y modelo de amor divino: gracias a mis abuelos paternos (Tomas Antonio y Virginia) más de 60 años juntos,
 maternos (José Fabio y María Ruby), un poco más de 40 años.
A mi hermanita Claudia y mi cuñado Rafa (11 años)
A mis tíos ( Eduardo y Oveida), ( Socorro y Antonio), ( Esneda y Gustavo)
 (Manuel Celedonio y Rosalba), (Arnoldo y Martha), (Alcides y Bertha), (Nestor y Sofía),
A mis primos (Gerardo y Dignora), (Elías y Melania), (Jesús y Teresa), (Ema y Jairo);   (Gerardo y Yolanda); (Ignacio y Carmen);
A mis amigos: (Cristóbal y Virgelina),  (Manuel y Cristina), (Evelio y Mery), (Ignacio y Ana)…

Y unos otros pocos…



L   E   C   T   U   R   A  S

Lectura del libro del Génesis. 2, 18-24

Dijo luego Yahveh Dios: <> Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver como los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre les diera. El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada. Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: <>

Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.

Palabra de Dios




Salmo responsorial

Sal 127, 1-2. 3. 4-5 .6.

R/ Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu casa.

Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.

Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas los hijos de tus hijos.
Paz a Israel!



SEGUNDA LECTURA

El santificador y los santificados proceden todos del mismo Dios

Lectura de la carta a los Hebreos. 2, 9-11

Y aquel que fue hecho inferior a los ángeles por un poco, a Jesús le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte, pues por la gracia de Dios gustó la muerte para bien de todos.

Convenía, en verdad, que Aquel por quien es todo y para quien es todo, llevara muchos hijos a la gloria, perfeccionando mediante el sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación. Pues tanto el santificador como los santificados tienen todos el mismo origen. Por eso no se avergüenza de llamarles hermanos.



EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Marcos. 10, 2-13

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»Contestaron: «Moisés Permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.


Palabra del Señor




A guisa de introducción:

EL matrimonio según Dios

“El matrimonio, una vida en pareja para sortear las dificultades de la existencia cotidiana y crecer en el amor siendo fecundos…”
“El matrimonio, antesala de la familia, la pre-célula de la sociedad…”
“El matrimonio: un hombre, una mujer unidos por la fe y la esperanza…”(canción: “el camino de la vida” de Héctor Ochoa).
Si, son todas estas definiciones sabias y según el querer de Dios para el proyecto de unión de la pareja…Pero también hemos escuchado estas perlas que tienden más a la hilaridad y que por consiguiente, contrastan:
“El matrimonio es la tumba de la pasión”,
“El matrimonio es ante todo una pequeña locura que es seguida por una larga y o prolongada estupidez” (Federico Nietzsche en “Así hablaba Zaratustra”) ,
“El matrimonio es un acto religioso mediante el cual se crea un Cristo más y una virgen menos”,
Y dicen también que “El hombre soltero es un animal incompleto y un hombre casado es un completo animal”…

Como ven tiene buena y mala prensa el matrimonio…

Pero hoy Jesucristo y Dios por medio de su Palabra nos quieren enseñar, inculcar y o recordar lo que es la esencia del matrimonio…Que según lo que vemos en nuestros días, parece influenciado por los y desafortunados y malos chistes 

Las estadísticas dicen que en Colombia, por ejemplo, no más en el 2011 el 20% de los matrimonios civiles se divorciaron (de cerca de 117.000 uniones civiles, un poco más de 21.000 luego recurrieron al divorcio).



En Quebec Canadá la taza de divorcio que era de 8% en 1969  pasó a casi 52% en el 2009.

El sufrimiento de las personas separadas, sus hijos y los padres de las parejas,  es tan cruel como un duelo de muerte.


Por todo tipo de razones o causas, de las cuales los sociólogos pueden hablar mejor que cualquier otro, la fidelidad ha llegado a ser en los inicios del siglo XXI un asunto mucho más difícil.  Nos preguntamos, acaso el matrimonio obra y  proyecto grande del creador corre peligro?  Pero no hay que quedarse en la visión negativa del asunto.

Una sencilla manera de aportar un grano de arena  y o una piedra para fortalecer las familias o para ayudarles a recuperarse después de una experiencia dolorosa, es expresando la Buena Noticia, la Buena nueva que nos ofrece la Biblia a propósito de la pareja.

Veamos mejor la bella descripción que la Sagrada Escritura nos da del amor. Según ella, el amor está hecho de dos cosas: un encantamiento, seguido de un apego (unión), un encantamiento que se apega, un apego que llega a ser encantador.

El encantamiento, es el descubrimiento con admiración, arrobado del otro, el amor a primera vista. Es Adán que exclama: “Esta si que es carne de mi carne y hueso de mis huesos”. Él acaba de darles nombre a todos los animales y en ninguno se ha reconocido. Pero he aquí como él se congracia con Eva, la reconoce, como uno se reconoce en lo obscuro, como uno se reconoce en un lugar familiar.

El apego, el deseo de permanecer unido se expresa en : « Es por ello, que el hombre  dejará a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y todos dos no formaran mas que una sola carne”. Y Jesús agregara: “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”.

Encanto y apego juntos, nada de separarlos, no existe el uno sin el otro. Ni encanto sin mañana, pero encanto que se apega. Ni apego sin alegría, pero apego que un encanto ha conquistado.

Y la Buena Noticia para nuestros amores humanos, es que lo que pasa u ocurre entre los seres humanos pasa u ocurre en Dios y es una imagen de Él. Nuestro amor es un reflejo de su amor: no es que Él sea como nosotros (o se parezca a nosotros) , sino que somos nosotros que nos parecemos a Él.  No son las bodas humanas  las que pueden hacernos comprender lo que ocurre en el corazón de Dios. Es lo que se vive en el misterio de Dios que arroja una luz sobre las bodas humanas.

La Biblia no define a Dios como el Infinito, el Trascendente, el Primer Motor,  el Inmutable (que no cambia)…, sino como Aquel que se admira o se encanta y que se apega. En términos bíblicos, elección y alianza.

Dios es un ENAMORADO. Él quiere lo mejor para el ser humano, quiere darle un gran corazón, pues es su creatura sublime. Y a pesar de morderse los dedos, Él permanece fiel, perseverante, estable. Él también sabe de desilusiones, de desapegos, pero Él permanece fiel a la alianza que ha concluido o sellado con nosotros por siempre.

EL que habla de amores humanos, no querrá hablar nada más que de fiestas, de marcha de embrujo, de probar repetidas veces los  placeres eróticos…(mal llamados amorosos).

Claro, con toda seguridad, así no son las cosas! Hay en el amor, como en el arte, una parte de esfuerzo. Hay un trabajo de amor como hay un trabajo de arte. Nada de grandioso y sublime, no se hace sin pena y sin labor. Pero  eso lo hace ser una labor bellamente feliz!




Aproximación psicológica del evangelio:

Por los machos y para los machos:

Es necesario aceptar lo que es evidente: la mujer es “bajo toda referencia de menos valor que el hombre”, escribe un historiador judío de comienzos de la era cristiana. Es por ello que el marido se reserva siempre el derecho de “echar”, mandar lejos a su esposa, si se cansa de ella (“si él deja de mirarla con complacencia”, dice con pudor la Ley de Moisés, en Deuteronomio 24,1).” Mismo, en caso que  ella deje quemar la comida”, algunos contemporáneos de Jesús encuentran entonces que hay excusas y o motivos suficientes para el divorcio…para placer, gusto (o comodidad)  del hombre!

De hecho, la actitud del; hombre de cara a la mujer es ambivalente. Hay en su interior un viejo fondo de egoísmo que lo lleva a dominar la mujer en función de su confort físico y psicológico de macho (o varón). Pero hay también en él un miedo confuso y profundo a la mujer. Es ella quien puede desencadenar a placer el deseo irresistible del hombre, y es necesario protegerse contra este miedo poniendo simplemente la mujer al margen, marginándola socialmente.

Así, el macho gana en las dos dimensiones: él se acomoda en una sociedad donde no tiene por qué revelar o confesar su debilidad secreta y enfrentar la verdad a este nivel, y donde, habiendo aislado la mujer, puede someterla gracias a las “desviaciones o fallas” de la moral y de la religión.

Ciertos fariseos minoritarios, los discípulos de Shammai, tendían a pensar que se exageraba un poco, y creían haber encontrado en la pregunta sobre el divorcio un medio o manera soñada para llevar a Jesús a la trampa, dentro de una sociedad machista que no aceptaba fácilmente que se juegue con los privilegios del hombre. Ellos vienen a Jesús  entonces con su pregunta-trampa (v.2) pero Jesús va al grano y utiliza acá su táctica acostumbrada frente a tales trampas, y que es la de englobar la cuestión dentro de una perspectiva más larga y o más amplia. El no acepta discutir sobre las razones del divorcio como ha rechazado en otra parte discutir sobre los impuestos (Mc 12,13-17) o sobre la pena capital (o pena de muerte) (Jn 8,1-11).

Pero el hecho de que Jesús se niegue a hablar sobre el divorcio, no nos puede llevar a pensar o considerar a Jesús derrotado y su reacción o respuesta es desconcertante para el adversario: el hombre no tiene ningún derecho sobre la mujer, porque los dos son extraordinariamente iguales, porque « Dios los hizo macho y hembra »; ellos están entonces situados de  manera rigurosa al mismo nivel, de igual modo en relación con la cuestión del divorcio (“si alguien repudia su mujer…si la mujer repudia su marido…”)  y así de cara al Reino que vendrá,  donde “uno no toma ni mujer ni marido” (Mc 12,25) y frente a Jesús mismo, que se reconoce  hermano de tantos hermanos y hermanas (Mc 3,35), y que es seguido por hombres “y también por algunas mujeres” (Lc 8,2).

Es delicado deducir una posición de principio sobre el divorcio en un pasaje donde Jesús se niega justamente a debatir, como de igual manera, seria imprudente  establecer una teoría sobre el impuesto en Mc 12, 13-17). Pero de lo que no cabe duda acá- y esto es aclarado o iluminado por otros pasajes del evangelio, es el cuestionamiento radical de Jesús de cara a una sociedad arreglada por los machos y para el provecho de los machos.


La duración de la pareja y de la vida de familia

1.     La duración de la pareja:

“En los matrimonios exitosos, hay una cosa que hace a la pareja capaz de hacer cambios con el paso de los años y la hace apta para continuar creciendo en el amor, es el compromiso que cada persona desea”. “Para posibilitar que un matrimonio dure toda la vida, es necesario un enorme aporte de comprensión mutua, de consideración reciproca, y de sueños comunes, además de una buena voluntad de hacer cada uno su mitad de camino”.

“Los buenos matrimonios crecen, progresan poco a poco; ellos son hechos de largas horas de duda y desesperanza, de ajustes y de compromisos”.

“No se sabría poner el suficiente acento en la inmensa necesidad de ser escuchado, de ser tomado en serio, de estar comprometido. Nadie en este mundo puede desarrollarse libremente y encontrar una vida plena sin sentirse comprendido por al menos otra persona”.

“Hay momentos donde cada cónyuge desea ardientemente la soledad, debido especialmente al ritmo  ocupado y acelerado de la vida de hoy. Cada persona debería tener el derecho de tomarse tiempo para estar sola, sin sentimiento de culpabilidad. Forzar dos personas a que compartan cada pensamiento, cada actividad, cada momento libre no es natural”.

2.     La vida de familia:

« Las buenas y las malas costumbres paternales se transmiten de generación en generación. La mayoría de nosotros tenemos una tendencia fuerte, como padres, a actuar como nuestros propios padres. Si ellos lloraban en los momentos de cólera, nosotros hacemos probablemente lo mismo. Si ellos nos felicitaban y nos animaban, nosotros tendemos a actuar de la misma manera”.

Reconocer y expresar sus sentimientos :

Un niño de dos años que empieza a cojear. Examen de los padres: “sientes dolor?” el niño: “No”. “Puedes tu doblar la rodilla?” “Si”. El niño continua caminando conservando derecha la pierna.

« Si podemos experimentar sentimientos y ser nosotros mismos, y si les permitimos a nuestros sentimientos expresarse libremente, llegamos entonces a ser personas más realizadas, dejando surgir y salir lo mejor de nosotros mismos”.

“Tengo el sentimiento profundo y la convicción que el aspecto más crucial de la educación sexual para todo niño no está en las explicaciones técnicas que escucha de un tiempo al otro, sino en la imagen que   elabora (o se hace)  de las relaciones que existen entre sus padres”.

Los niños tienen necesidad de ejercitarse todos los días en la utilización de su juicio y  tomar decisiones ajustadas (adecuadas) a su edad”. “Nuestra responsabilidad no es decir a los niños qué elegir, sino cómo elegir. “Mira lo que he hecho” es una de las expresiones más orgullosas del niño.

Si acoges el Reino con un corazón de niño, comprenderás el mensaje de Jesús sobre la duración de la pareja y la vida de familia. Simplicidad y confianza están en la base de todo amor.



REFLEXIÓN CENTRAL :

Sin duda, seria difícil hablar de matrimonio hoy, en una sociedad desacralizada, donde sabemos que la institución es confundida, desestabilizada por muchas cosas, objeto de burla e ironía por la sociedad civil y por las comunidades creyentes. Y por tanto las lecturas de hoy nos invitan a hacer la reflexión sobre el tema.

Esta dificultad es evidente por dos hechos:
-Primero por que el matrimonio es de esencia divina, y esta sujeto a la naturaleza misma donde es esencial. “No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a crear una ayuda que le corresponda (o le convenga)”, dice Dios. “A causa de esto, el hombre dejara a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y los dos no harán más que una sola carne (un solo ser)”.

Desgraciadamente el ser humano experimenta una cierta pena o dificultad de insertarse en la lógica de Dios. Y en nuestros días, se dice con facilidad que aquello que es natural no es necesariamente divino. Y el hombre piensa que la atracción por el matrimonio no responde que a su sola libertad. De acá viene la dificultad de vivir una relación profunda que se inscriba y se inserte en la duración. Si uno es libre para casarse, también se ha de ser libre para separarse. Las estadísticas recientes de las separaciones matrimoniales muestran que en nuestra sociedad hay tantas separaciones como matrimonios celebrados.

- Enseguida, difícil, porque el matrimonio es pensado o concebido constantemente como una institución jurídica, un contrato que une el hombre y la mujer, simplemente…Se es negligente ante el hecho que él engendra la sociedad y crea el parentesco. En África, por ejemplo,  el matrimonio lleva al cumplimiento la familia, la fortalece, porque él es un Carrefour (cruce) de alianzas. Miren hoy en nuestras sociedades: para que el matrimonio sea legal, está rodeado de protecciones culturales (es según la costumbre), jurídicas (es civil) , y de igual modo cuando es religioso, no escapa al derecho. Para que sea valido, debe ser celebrado ante un “oficiante eclesiástico” (laico autorizado, un diácono o un sacerdote), debe ser registrado, y sobretodo debe ser consumado. Si solamente es percibido como una institución de derecho, se expone a la decadencia y al fracaso (pérdida de su intención e ideal primero). Y la decadencia y fracaso del matrimonio lleva automáticamente a la decadencia de la familia. Y cuando la familia no existe más o es devaluada, es la sociedad la que sufre.

En nuestros días, la crisis ética a la cual asistimos es esencialmente una crisis de familia.

La dificultad de vivir el matrimonio interroga nuestras propias dificultades de vivir una relación durable con Dios. Hoy, practicamos el adulterio espiritual, porque hemos perdido nuestra esencia primera: creados a la imagen de Dios. Nosotros nos prostituimos (de una prostitución espiritual), porque nuestro pensamiento es dirigido, inspirado por otros dioses: la buena vida a cualquier precio, la atracción por la ambición desmedida, las ideologías políticas, religiosas que no convienen, la carrera por la gloria y el honor, por el poder…Vivimos en una sociedad donde la represión desnaturaliza al ser humano, y la presión de la sociedad dicha de derecho, tiende a reducir nuestros movimientos hacia Dios.

Como cristianos, debemos hacernos dos preguntas:  Cual actitud adoptar para permanecer fieles al Señor y no romper el lazo que nos une a Él?

Qué hemos de cambiar en nuestra manera de vivir, para conservar y o guardar la fidelidad de la sociedad al Señor? Individualmente como en comunidad, dispongámonos a responder.

Que seamos casados o solteros (célibes), nuestro verdadero matrimonio es aquel que une a Dios. Somos nosotros conscientes de todo esto?


Meditemos:

¿No sólo hay divorcio en el matrimonio, también hay separaciones en nuestras relaciones: ¿Qué vínculos rompemos en nuestra vida? ¿Por qué?

¿En qué ocasiones traicionamos a quienes confían en nosotros? ¿Cuáles son nuestras infidelidades del corazón? ¿Qué nos lleva a ser infieles?




REFERENCIAS Bibliográficas :


HÉTU,Jean-Luc. Les Options de Jésus.

Diversas fuentes de internet entre ellas :

Homélie du 27e dimanche ordinaire B, Publié par André N'koy le 4 octobre 2009 à 6:58


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Gustavo Quiceno