Hay palabras que son difíciles de escuchar porque son exigentes, incomodan,
mueven el piso, cuestionan…
Uno entonces puede taparse las orejas, uno puede relativizarlas, uno puede
decir: “Son palabras para los demás no para mi!” Hoy el Señor nos dirige palabras muy duras y quizás
hirientes: preparémonos a escucharlas.
L E C T U R A S
Primera lectura
Lectura del libro de los Números (11,25-29):
Palabra de Dios
El Señor bajó en la nube y habló a
Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta
ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a
profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en
el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los
elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre
ellos y se pusieron a profetizar en el campamento.
Un muchacho corrió a decir a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el
campamento.»
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: «¡Señor
mío, Moisés, prohíbeselo!»
Moisés replicó: «¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y
el Señor infundiera en todos su espíritu!»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 18
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.
Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R/.
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.
Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta de Santiago (5,1-6):
Palabra de Dios
Vosotros los ricos, gemid y llorad ante
las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros
vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y
este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar
riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que
segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los
gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la
tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello
habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado
al inocente, y ya no os ofrece resistencia.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos
(9,38-43.45.47-48):
Palabra del Señor
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos
prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi
nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a
favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois
del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le
valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y
si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en
la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu
pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la
vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión
de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que
ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere
y el fuego no se extingue.»
Palabra del Señor
A guisa de introducción:
El pecado es algo serio!
Es indudable que hoy casi no se
habla de pecado…preferimos decir “falta”, “error”, “pecadillo” , “metida de
pata”, “traspiés”, “debilidad”, “resbalada”, “caída”…Tratando siempre de
minimizar su daño, de suavizar sus consecuencias en la vida propia, del mundo y
de las demás personas.
Y después es evidente que los
pastores, al menos nosotros los sacerdotes católicos, muchos (yo me apunto y
digo “mea culpa”) preferimos no hablar mucho de él y no profundizarlo en
nuestras homilías…Y junto a la palabra pecado, sus referentes los pecado
original, venial y mortal, el infierno, el demonio (o diablo).
El mundo y nuestra sociedad
actual ha perdido la conciencia de pecado…Es la mayor crisis de nuestro tiempo,
ya lo decía en su tiempo el Papa Pio XII (años 50’s)…como dice el padre español
José A. Sayés: “pobre Pio XII, que tal que lo hubiera tocado vivir nuestra
época…” Donde hablar de pecado, diablo e infierno, es una “ñoñería”, una prueba de conservadurismo
trasnochado, de santurronería, de “rechupados” o asolapados como suelen llamar
quienes se oponen a los que reconocen su influjo nocivo en el corazón humano.
Uno no entiende por qué esta
reserva y laconismo frente a estos temas
del pecado y el infierno de la mayor parte de los predicadores católicos
actuales, cuando la Biblia misma lo reconoce, Jesús hace alusión en el evangelio de hoy y el
catecismo de la Iglesia en varios de sus números orientan sobre ellos…
Una de las excusas es que nuestra
religión tiene como centro a Jesucristo y la Gracia de su salvación y no el
pecado…
O hay la falsa presunción o
creencia que el pecado es un arma de la iglesia y sus jerarcas para infundir
miedo en sus adeptos y así controlarlos como les conviene…
Pero qué es el pecado? Del latin peccatum:
es la transgresión voluntaria de un precepto tenido por bueno. O sea para que
haya pecado siempre hay voluntad y libertad personal incluida, conciencia de
saber que es malo lo que se está haciendo o se pretende hacer.
De acuerdo a lo señalado en el
Catecismo católico, el pecado es "una
falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor
verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a
ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad
humana. Ha sido definido como ‘una palabra, un acto o un deseo contrarios a la
ley eterna’ (S. Agustín, Faust. 22, 27; S. Tomás de A., s. th., 1-2,
71, 6) ) .
Así pues, las lecturas de este
26o domingo ordinario nos recuerdan una
verdad simple de nuestra fe católica: EL PECADO ES COSA SERIA!
No es necesario poner excusar o
buscar peras en el olmo: puede suceder, retomando las imágenes del evangelio,
que nuestra mano, nuestro pie, nuestro ojo y también nuestra lengua se
conviertan en objeto de escándalo: ESCÁNDALO! Si que raramente relacionamos con
pecado (es su esencia) y creemos que solo son las salidas desafortunadas de los
políticos, de las estrellas de Hollywood o los personajes del Jet-Set o la
realeza… (retomo y amplío más esta idea
en la aproximación psicológica del evangelio más abajo…)